13 / 03 / 2020 | Noticias culturales    
 Cine Arte Auditorium / marzo 2020
AFILIADOS ADUM: $130.- (presentando el recibo de sueldo en la boletería)
 
Domingo 8 de marzo, 16.30 y 18.30 hs. Estreno exclusivo:
LOS AMORES DE CHARLOTTE
​(Charlotte a du fun, Canada 2019). Dirección: Sophie Lorain. Guión: Catherine Léger. Fotografía: Alexis Durand-Brault, Edición: Louis Philippe Ratte. Música: Sari Dajani, Pierre-Luc Rioux, Dazmo, Rudy Tousaint, Marc-André Sauvageau. Elenco: Marguerite Bouchard, Romane Denis, Rose Adam.  Duración; 89 minutos Calificación: apta mayores 13 años.

   Charlotte atraviesa su adolescencia con todo el drama de sus 17 años: la ruptura con un chico que descubre que es gay, los paseos por la plaza con sus amigas, el alboroto y las carcajadas en un sex-shop, y la inolvidable voz de Maria Callas, que resulta ser la única que de verdad la comprende. Entre la angustia y la desorientación, Charlotte se presenta junto a sus amigas para un empleo temporal en una inmensa juguetería, que le ofrece la mejor oportunidad para conocer chicos y permitirse toda la libertad sexual que el despecho y las hormonas le despierten.

   Desde la ciudad de Quebec y filmada en blanco y negro, la historia escrita por Catherine Léger y dirigida por Sophie Lorain redescubre los tópicos del coming of age desde una mirada desprovista de prejuicios sobre la sexualidad femenina y dispuesta a subirse al juego de seducción que conlleva todo tiempo de desilusiones amorosas y despertares políticos. Es cierto que nunca se corre demasiado de la fórmula, que algunos contrapuntos de carácter entre los personajes (Mégane es la amiga cínica; Aube, la romántica) funcionan como requisito del retrato, pero la película consigue vitalidad y frescura en las actuaciones, un uso inteligente de la mirada a cámara al pasar, casi como lazo de complicidad con el espectador, y la confirmación de que no hay como la guía de la Callas para alcanzar la dignidad cuando se sufre por amor. Paula Alvárez Prieto / La Nación / 19 diciembre  2019.

Domingo 15 marzo, 16.30 y 18.30 hs. Estreno exclusivo:
LA GOMERA (The wishtlers, Rumania-Francia 2019). Dirección y guión: Corneliu Porumboiu. Fotografía: Tudor Mircea. Montaje: Roxana Szel,  Elenco:  

Vlad Ivanov, Catrinel Marlon, Rodica Lazar, Antonio Buil, Agustí Villarong, Sabin Tambrea. Duración: 97 minutos. Calficación: apta mayores 13 años.

   El director rumano Corneliu Porumboiu -creador de notables largometrajes de ficción, como Bucarest 12:08Policía, adjetivoCae la noche en Bucarest, y El tesoro, además de documentales como El segundo juego e Infinite Football– cambia por completo de rumbo y de registro con un atrapante e ingenioso thriller rodado en parte en su país, pero que tiene también varias secuencias filmadas en La Gomera del título original, una de las más pequeñas islas de las Canarias españolas.

   Tráfico de drogas, un tentador botín de 30 millones de euros, traiciones cruzadas entre gánsteres y policías, una bellísima femme fatale siempre en el medio, un lenguaje impensado (conformado íntegramente por los silbidos a los que alude el título internacional en inglés, The Whistlers) para comunicarse a la distancia sin ser descubiertos, obsesión por las cámaras de vigilancia y múltiples referencias cinéfilas tanto al film noir francés (el protagonista Cristi, un agente corrupto devenido parte de la mafia que interpreta Vlad Ivanov, remite al Lino Ventura en las películas de Jean-Pierre Melville) como a los westerns de John Ford (con imágenes de Más corazón que odio incluidas), pasando, nada menos, por la célebre escena de la ducha de Psicosis, de Alfred Hitchcock, son solo algunas de las piezas de un complejo rompecabezas que solo puede armarse llegando hasta un singular final rodado en Singapur.

   Porumboiu recicla, pero luego subvierte y resignifica los elementos del cine de género (o de géneros), en un film rebosante de canciones (arranca con la voz de Iggy Pop interpretando «The Passenger» y luego hay temas a cargo de Jeanne Balibar, Ute Lemper, Lola Beltrán y música clásica de Richard Strauss), de virtuosismo en la estructura del guión y en su montaje (está narrado en episodios no cronológicos centrados cada uno en distintos personajes) y muy buenas ideas de puesta en escena.

   Algunos cinéfilos quedarán algo perplejos porque La Gomera, que tuvo su estreno mundial en el marco de la Competencia Oficial del último Festival de Cannes, nada tiene que ver con el austero e intimista cine rumano basado en conflictos familiares, pero si se acepta cambiar el chip e incursionar en un nuevo universo el resultado es tan fascinante como estimulante. Diego Batllet / La Nación / 26 diciembre 2019

Domingo 22 de marzo, 16.30 y 18.30 hs. Estreno exclusivo:
LA LIBRERIA DE LOS LIBROS OLVIDADOS
(Le mystere Henri Pick, Francia 2019). Dirección: Rémi Benzancon. Guión y diálogos: Rémi Bezancon y Vanessa Portal, basado en la novela homónima de David Foenkinos. Fotografía: Antoine Monod. Música: Laurent Perez del Mar. Edición: Valerie Desine. Elenco:  Fabrice Luchini, Camille Cottin, Alice Isaaz, Duración: 100 minutos. Calificación: apta mayores 13 años.
 
   Siempre es agradable que a uno le hagan sentir inteligente. Descubrir relatos que se refieren a temas alternativos, intelectuales y reflexivos (la lírica del poeta incomprendido, las obras del autor fracasado, la humanidad del famoso deshumanizado), pero sirviéndose de la estructura convencional. El metalenguaje es un recurso muy efectivo para este tipo de relato: servirse del propio trabajo para ejemplificar sobre el discurso. Si se hace con cierta gracia, los resultados pueden ser muy efectivos. La biblioteca de los libros rechazados (ni a propósito podría haberse encontrado una traducción más hortera) sigue los pasos de Jean-Michel, un escritor frustrado (es decir, un crítico literario) que se niega a aceptar la autenticidad de cierta historia relativa a otro supuesto escritor frustrado. Lo que él llama “la novela fuera de la novela”: el caso del cocinero inculto cuya personalidad escondía un poeta incomprendido y la obra del cual sólo pudo ser descubierta después de muerto… gracias a una biblioteca dedicada a libretos no editados. Un relato con el que todo el mundo se queda, mucho antes que con la propia obra del presunto escritor. Pues eso, la novela fuera de la novela.
   Toda la película gira en torno a la búsqueda de la verdad por parte de Jean-Michel. El crítico, decidido a desmentir el mito, se propone descubrir la auténtica historia que esconde tan exitosa obra (es decir, quien es su verdadero autor). Pero, irónicamente, no es consciente (o tal vez sí) de que al intentar destruir “la novela fuera de la novela” está construyendo la suya propia. Ahí está, de hecho, buena parte del atractivo de este título: todo él es en realidad la “novela fuera de la novela”. Y el metalenguaje no termina aquí. En cierto momento de la película, dicho personaje se encuentra, como parte de su investigación, con determinado círculo de lectores. Las personas que lo conforman le cuentan que en sus tertulias no tiene cabida ningún tipo de material que se aleje del género policíaco. Con este pequeño detalle, el director se da a sí mismo la licencia cómica que lleva utilizando desde el primer acto: la de construir todo su trabajo como si estuviéramos delante de una (parodia de) película de detectives. Es un gesto cargado de relativismo, autoconciencia y que da al producto un agradecido aire de modestia y simpatía.
   En realidad, toda la película viene impregnada de este aire. Desde su estructura narrativa, pasando por su planificación y montaje, hasta su tipo de humor (al que recurre con frecuencia). Es un producto, como entredije en el primer párrafo, interesado en analizar cuestiones intelectuales desde un prisma convencional. De ahí que su visualización resulte tan agradecida: es como si asistieramos al pase de un divertimento para inteligentes recién iniciados. De hecho, el ejercicio de Rémi Bezançon puede suponer un entretenido pasatiempo para el espectador atento: el director se dedica a reproducir todos y cada uno de los tópicos del cine policíaco de un modo tan exagerado (giros de guión incluidos) que casi parece desafiar al público a preverlos. Esta autoconciencia, este metalenguaje pasado por el filtro de la estructura dinámica, recuerda en cierto modo (salvando largas distancias) a otra película también protagonizada por Fabrice Luchini: En la casa. Aún reconociendo que el trabajo de Ozon pertenece a otra categoría (sin duda, contiene una reflexión mucho más madura y desgarradora), ambos trabajos comparten la capacidad de hacer entretenido lo complejo y de combinar con eficacia humor y reflexión. Martí Sala / Cine Maldito /  13 junio 2019.
 
Domingo 29 marzo, 16.30 y 18.30 hs. Estreno exclusivo:
DE REPENTE, EL PARAÍSO
 (It must be heaven, Francia-Catar 2019). Dirección: Elia Suleiman. Fotografía: Sofian El Fani. Edición: Veronique Lange. Elenco: Elia Suleiman, Vincent Maraval, Gael García Bernal, Nancy Grant. Duración: 97 minutos.  Calificación: apta para todo público 
 

   Israelí de origen palestino decidido a combatir los estereotipos que suelen castigar a su pueblo, inmigrante ilegal en Nueva York, amigo del prestigioso escritor y crítico de arte John Berger -a quien está dedicado este largo, muy celebrado en la última edición del Festival de Cannes-, Elia Suleiman es, no caben dudas, un personaje singular. Su cine (recordar la fantástica Intervención divina, de 2002) es anómalo, muy personal y está casi siempre teñido de un humor ingenuo en la superficie, pero corrosivo en la profundidad. «A mayor desesperación, mayor humor», declaró el director cuando le preguntaron sobre la lógica de este film inusual que comienza en Palestina y continúa en París y Nueva York. Su espíritu explorador y poético es muy similar al de El paseo, la magnífica pieza literaria del suizo Robert Walser dedicada a la observación del gran espectáculo del mundo, con su belleza y su absurdo.

   El protagonista del relato, un alter ego del cineasta excéntrico, melancólico y, sobre todo, entregado obstinadamente al silencio, busca financiación para un proyecto cinematográfico destinado a promover la paz en Medio Oriente. En el trayecto que recorre persiguiendo ese objetivo se encuentra con situaciones y lugares que aparecen en la película a la manera de atractivas viñetas, siempre cargadas de gracia, sugestión y belleza, tres cualidades que en cine son invalorables. Alejandro Lingenti / La Nación /  20 febrero 2019