05 / 03 / 2007 | Derechos humanos,Juicios por la verdad    

En la audiencia de hoy, 5 de marzo de 2007, prestaron declaración testimonial el Sr. Eduardo Soares y la Sra. Laura Chino.JUICIO POR LA VERDAD,  Audiencia 5/03/2007El Sr. Eduardo Soares, quien ya había prestado declaración en el Juicio por la Verdad, fue convocado nuevamente en función de avanzar en el esclarecimiento del secuestro y posterior asesinato de la Lic. María del Carmen Maggi, quien fuera decana en la entonces Universidad Católica de Mar del Plata. El objetivo fue avanzar en el conocimiento de los grupos de ultraderecha que, con anterioridad al golpe de estado operaban en nuestra ciudad, particularmente la Concentración Nacional Universitaria (CNU).

Soares explicó que inicialmente la CNU era una fuerza política de derecha, pero que entre 1973 y 1976, comenzó a actuar con y de apoyo de las fuerzas de seguridad, convirtiéndose desde esa fecha en adelante en una filial de la AAA en Mar del Plata. La CNU, como fuerza de choque, se conformó previamente al asesinato de Piantoni, hombre de esta fuerza, e intensificó sus ataques contra los militantes de la izquierda peronista después de este evento. Soares planteó que todos los secuestros acaecidos antes del golpe fueron semejantes: realizados por hombres jóvenes, con pelucas, armados, y alguien que exhibía una credencial oficial. Luego de estos allanamientos ocurrían los homicidios de las personas secuestradas. Ese fue el caso de Coca Maggi, Pacho Elizagaray, su tío y primos de apellido Videla, Hugo Kein, René Isuz, y su propio padre. En el caso de su padre piensa que se trató de una venganza por lo ocurrido en el intento de liberarlo a él de la comisaría. En el caso de Coca Maggi, Soares sólo pudo interpretar este hecho tiempo después, cuando tuvo información acerca de los profundos conflictos políticos de la Universidad Católica, que por otra parte era de la curia. También recordó el asesinato de uno o dos médicos del Hospital de la Comunidad, pero ignora las razones. Tampoco tiene referencias acerca del caso Goldemberg.

Dado que por su militancia en la organización Montoneros, Soares era el responsable de las relaciones con otras fuerzas políticas, pudo conocer a los miembros de las organizaciones de la derecha peronista. De hecho discutió con Ulloa, Demarchi, Vigliso, todos de la facultad de derecho a la que él concurría. Según Soares, Demarchi era un jefe de la CNU. Mencionó que otros miembros de la CNU fueron Piatti, Arenasa, Catuogno. No eran una organización clandestina y por eso sus miembros eran conocidos. Además se jactaban de pertenecer a la misma. Recuerda que a fines de 1972 o principios de 1973 hubo una reunión convocada por Julio Troxler como interventor del PJ y el representante de la CNU fue Demarchi, lo mismo que 2 años después, en una reunión de juventudes en la CGT.

Respecto del secuestro de su padre, piensa que quienes entraron a su domicilio pudieron haber sido de la CNU, ya que lo conocían, pero que él que comandaba el operativo era de la policía. Su madre lo describió como un joven de unos 30 años, de cabello oscuro y lacio. Soares relató que cuando cayó preso fue torturado en presencia del comisario Maiti y que siempre estaba presente un oficial joven cuya descripción es semejante a la realizada por su madre, coincidiendo también con la realizada por el padre de Coca Maggi.

Respecto del asesinato de Pacho Elizagaray recuerda que ese día fueron informados por quien era su jefe en la organización montoneros, Juan Gasparini, que desde La Plata había salido un grupo operativo en 3 autos, que luego se vieron en la policía federal y regional de Mar del Plata. Gasparini les pidió que tomaran recaudos, especialmente a Pacho. Este decidió no dormir adonde lo hacía habitualmente y fue a lo de la familia Videla, parientes cercanos suyos. Es ahí adonde ocurre el operativo que termina con el asesinato de su tío, sus primos y el propio Pacho.

Soares también relató el episodio en el que se intentó liberarlo de la comisaría segunda de Mar del Plata. Recordó haber oído tiros y luego la voz de Arturo Lewinger preguntando por él, un disparo, su caída y otro tiro que supone fue el de gracia, ya que minutos después le muestran su cadáver. Cree que de no haber sido por la llegada del Juez González Echeverri, él también hubiera sido asesinado. Soares denunció ante el Juez que había sufrido apremios al ser detenido, al igual que Julia Giganti, con quien había caído. Lo hizo delante del propio comisario Maiti, quien había presenciado estos apremios. El fiscal resultó Demarchi. Soares planteó que en ese momento, a pesar de conocer muy bien a Deamrchi, ignoraba totalmente que fuera fiscal. Fue trasladado a Sierra Chica y allí su abogada defensora fue la Dra. Teodori, a quien cuando le preguntó acerca de su padre, que había sido asesinado, le respondió: «¿Qué pretendías que hiciéramos con tu padre?»

Finalmente contó que después de haber prestado declaración testimonial, fue visitado por un abogado que dijo venir de parte de Demarchi Este abogado se presentó como un ex militante de la JP, pero él no lo recordó. También le dijo que Demarchi quería hablar con él ya que sus declaraciones en el Juicio por la Verdad eran equivocadas. Soares le contestó que no tenía interés y no verificó si era cierto que este abogado hubiera sido enviado por Demarchi.

La Sra Laura Chino fue secretaria de la Facultad de Humanidades de la Universidad Católica cuando la Lic María del Carmen «Coca» Maggi era Decana de la institución y Grinberg, Rector. Relató que estudió en esta Facultad desde 1969 hasta 1973, año en que militó en la JUP. La Universidad atravesaba por un proceso de cambio, dado que desde las organizaciones peronistas y de izquierda existía la decisión que pasara de la órbita de la Iglesia a la Provincia. María del Carmen Maggi, si bien no tenía militancia en las organizaciones, estaba consustanciada con el proyecto de una educación universitaria gratuita y popular y era la cabeza visible de la transformación. No cobraba salario en su cargo. En ese momento, era obispo en la diócesis, Monseñor Pironio, quien tenía una relación fluida con María del Carmen. Él había llegado a Mar del Plata inmediatamente después del asesinato de Silvia Filler a reemplazar en el cargo a Monseñor Plaza, quien fue al Arzobispado de La Plata. Ya hacia finales del 73, había comenzado el hostigamiento hacia Monseñor Pironio, no sólo por su actitud de apoyo con respecto a la transformación de la Universidad, sino porque pertenecía a la rama progresista de la Iglesia y adhería activamente a la Teología de la Liberación. Interrogada sobre quiénes lo hostigaban, respondió que era vox populi que los responsables en Mar del Plata pertenecían a la CNU, que el nombre que circulaba era el de Demarchi y otros que no recordó. También fue objeto de intimidación (su auto fue robado y luego apareció con chapa oficial) Monseñor Sidotti,quien trabajaba junto a Pironio y se ocupaba activamente de los asuntos de la Universidad cuando éste se ausentaba de la ciudad.

Dijo que en el 74 comenzaron las pintadas intimidatorias en la casa de la Lic Maggi, que ella había manifestado que la seguían y que tenía temor. En cuanto a su secuestro, Laura Chino dijo que el 9 de mayo a las 20 hs debían encontrarse con ella en la esquina de Jujuy y Libertad, junto con Abachian, a quien llamaban «el armenio». Ambos esperaron hasta aproximadamente las 22. Al ver autos detenidos en las cercanías, decidieron retirarse. A la mañana siguiente, el padre de María del Carmen fue a verla a la escuela donde trabajaba y llorando le relató el secuestro des u hija, ocurrido en la madrugada del 10/5. Le dijo que unos diez hombres fuertemente armados tocaron el timbre de la casa y preguntaron por Maria del Carmen Maggi. Estaban vestidos con ropa como de fajina, no identificable con ninguna fuerza en particular. Fue claro que no la reconocieron, dado que no la llamaron por su apodo y le preguntaron si era ella, por lo que ambos dedujeron que estas personas no eran de Mar del Plata (acá era muy conocida). Si bien el padre insistió que llevaran medicamentos porque sufría de diabetes, no accedieron. Luego de este hecho, la Sra. Chino se ocupó de las cuestiones académicas de la Facultad y en junio se fue de Mar del Plata, dado el clima de inseguridad que se vivía.

Supo más tarde que esos medicamentos fueron solicitados (no sabe por quién) al Dr Pascual Ascencio médico y esposo de una profesora de la Universidad, y que Monseñor Pironio había acompañado al Sr Maggi en los trámites posteriores y en los reclamos que se hicieron desde distintos ámbitos. Ante una pregunta del Juez Falcone dijo no saber si Monseñor Sidotti se había entrevistado con María Estela Martínez de Perón y López Rega, que estaban en la ciudad en esos días.

Citó como compañeros en la Universidad ahora desaparecidos a: Mercedes San Vicente, Julio Genoud, José Luis Peralta, Tomás Fresneda, el citado Abachain, Antokoletz y Quique Pecoraro.

Informe de Carmen Segarra
(Secretaría de DDHH de A.D.U.M .)